miércoles, 23 de noviembre de 2016

Desmontando mitos



El otro día en el parque, jugando a la pelota, una niña decía que era Juana la Loca, yo le dije que no, ella se puso furiosa. Yeah! David is in the house!
Tras años de experiencia, aún soy incapaz de romper el hielo de manera estándar, de a pie. Esta vez he tenido que hacer uso de una pegadiza cantinela que puede entonarse saltando a la comba, jugando a la rayuela o como tonadilla introductoria a la llegada de Freddy (el que tuvo un problema de acné en la adolescencia).

Hoy vengo a hablaros de una serie de falsos mitos que circulan por algunas redes sociales.Quizá debería haber usado esto como introducción.
Al primero de ellos lo he bautizado como el mito del caballo, una creencia que lamentablemente sigue estando muy difundida y aceptada por determinaos sectores de la sociedad actual. Se trata de creer que una chica puede romperse el himen montando a caballo.
Indagando en la cultura de facebook, tras obviar las entradas sobre la llegada del apocalipsis con la victoria de Trump y los vídeos sobre “¡mira lo que sabe hacer mi gato!”, llegué al pozo poso de sabiduría de la red, a los grumos, a los restos que uno no le daría de comer ni al perro. Encontré testimonios de chicas que se habían dado de baja de sus lecciones de hípica por precaución.
Obviamente, esto es un bulo. No es por ello por lo que dejaron de incluir al tiovivo en las ferias, no colgaron en ellos un cartel que rezaba “X días sin un himen roto”. Terapeutas, preparaos para escuchar de boca de vuestros clientes pacientes la confesión: “perdí la virginidad con un caballo”.
Sarcasmo a un lado. En realidad sí es posible perder el himen con un caballo. Claro que tiene que ser el caballo quien te monte a ti y no a la inversa. 
Realmente, el himen es una membrana bastante delgada y frágil, por tanto sí que puede ser lacerada mediante el ejercicio físico, aunque depende de cuán elástico sea. 
A continuación os dejaré un listado de falsas creencias para que así pasemos página de una vez:

  • Si te tocas puedes quedarte ciego (varones). Tan solo si te apuntas directamente a la cara. Aquí es aplicable la regla de oro que dice que jamás debe mirarse por el cañón de un rifle defectuoso; todos hemos visto los Looney Tunes y sabemos lo que sucede.

  • En uno de los extremos del arco iris hay un leprechaun bebiendo Guinness y bailando alrededor de un caldero repleto de monedas de oro. Esto tan solo sucede en Irlanda y en tu cabeza cuando tragas Listerine.

  • No se considera infidelidad si los componentes de la pareja se encuentran en diferentes comunidades autónomas. Esto lo aprendí por experiencia.

Esto es todo por ahora. Espero haberos solucionado alguna duda, o al menos haberos entretenido. Si os ha gustado, comentádmelo, y desmontaré más historias como estas, propias de los programas de televisión donde se presenta gente que dice haber visto a Jesús en una tortilla francesa. 

P.D.: ¿Alguien ha pillado el juego de palabras del título de la entrada?

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