Antes de empezar, dejadme que os diga
que esto no tiene nada que ver con la versión porno de la película La ruta
hacia el Dorado; creo que aún es pronto para empezar con las críticas de cine
independiente.
Son muchas las personas,
especialmente hombres (por el hecho de que en general son menos observadores),
que a día de hoy encuentran dificultades para dar con el paradero del clítoris.
Por ello, he considerado que quizá era oportuno dedicar una entrada del blog a
la cultura que envuelve a este término. ¿Cómo se llegó a dar con el clítoris?
¿Quién lo descubrió? ¿Fue por casualidad, como con la penicilina? Dejadme que os lo
cuente.
Esta historia, como la de la varicela
y el sarampión en América, comienza con Colón. Pero no con el famoso Cristóbal
Columbus, sino con Renaldus Columbus. Este italiano, que por cierto no guarda
ninguna relación con el primero, era profesor de cirugía en la Universidad de
Padua. Cierto día sorprendió a sus colegas del gremio afirmando que había descubierto
“la sede del placer de la mujer”. Cabe decir que este hombre se dedicaba al
estudio del funcionamiento del cuerpo humano, habitualmente a través de la
disección de cadáveres; claro que también debió de llevar a cabo su requerido
trabajo de campo (if you know what I mean).
En 1559, Columbus anunció en su
libro De Re Anatomica, que había dado
con un apéndice femenino que “latía con breves contracciones” durante el coito,
haciendo que “la semilla de la mujer fluyera más veloz que el aire” (científico
de profesión, pero poeta de corazón). Renaldus bautizó a su descubrimiento como
“amor Veneris, vul dulcedo”, es decir, amor o dulzura de Venus.
Pese a que trataron de darse
prisa en reclamar la autoría del descubrimiento, pronto les salió competencia.
Gabriele Fallopio (el de las trompas) intentó atribuirse el hallazgo. Ironías
de la vida, al principio nadie era capaz de acertar a encontrar el clítoris y
ahora resultaba que todo el mundo lo había descubierto. ¡El orgullo primitivo
de algunos hombres!
Finalmente, tanta disputa resultó
en vano. Un conocido médico holandés demostró que el término clítoris era ya
conocido en el mundo de la ciencia por los antiguos griegos. El doctor Galeno,
en el siglo II, redactó un largo escrito sobre el tema en cuestión. Los griegos
siempre a la cabeza. De hecho, el concepto de ‘clítoris’ como tal no aparece
hasta 1615 en inglés, derivado del palabro del griego antiguo ‘kleitor'
(montecillo). Seguro que a más de uno le
parecía que Clítoris debía de estar a orillas del Egeo.
Y así, amigos y amigas, termina la
historia del clítoris. ¿Interesante? ¿Incómodo? ¿Educativo? Hacédmelo saber
para ir tanteando lo que realmente preferís leer.
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